El origen de este blog: Proyecto "Entendiendo Convivencias"

Entre los días 21 de agosto y 3 de septiembre de 2008 el Movimiento por la Paz – MPDL – desarrolló una iniciativa pionera financiada por el Ayuntamiento de Leganés, se llevó a 9 profesores de institutos de Educación Secundaria del Municipio a la región de Alhucemas, en Marruecos. La idea del proyecto era formar y sensibilizar a los profesores de los institutos públicos de la zona, con elevado número de inmigrantes, sobre la realidad de la emigración de aquel país. Los 9 profesores conocimos también las actividades y los proyectos del Movimiento por la Paz – MPDL – sobre el terreno, además de realizar visitas a cooperativas y asociaciones apoyadas por la ONG.

Tras haber tenido la experiencia de conocer esa región y sus características, pretendemos ahora trnasmitir a la comunidad educativa de nuestros centros todo lo que vivimos, sentimos y comprendimos aquellos días. El primer paso para lograrlo es este blog.

miércoles, 10 de septiembre de 2008

Cine y Migraciones

El cine ha reflejado desde sus inicios los dramas humanos de la sociedad, entre ellos la necesidad de dejar su propia tierra para sobrevivir. El cine español, por ejemplo, durante su historia, ha ido representando en imágenes el problema de las migraciones. Antes de los años 40 del siglo XX, la migraciones rurales, con películas tan profundas y cargadas de dramatismo como las dos versiones que Florián Rey hizo de La aldea maldita, una en 1930, muda y otra sonora en 1942. La Castilla más dura se refleja con sus dramas campesinos y su necesidad de salir a trabajar en otros lugares. Hay que salir del campo por necesidad, de un campo maldito, yermo, en el que no se puede vivir. Sin embargo, el cine presenta igualmente lo negativo de la gran ciudad, y sus vicios, así como la necesidad de volver al lugar de origen en el que está la seguridad, la armonía familiar y el honor. La mujer, en el cine de emigración, es en muchos casos, la gran perdedora. O es la mujer sumisa, que acompaña al marido y cuida a los hijos, o se pierde en la ciudad, como en el caso de La aldea maldita, en la que para sobrevivir debe dedicarse a la prostitución. El marido, cuando la encuentra, apela al honor de la familia -más bien al de los varones de la misma- y la castiga con la exclusión y el silencio dentro de la casa, aunque no la expulsa con el fin de que no trascienda la vergüenza.

http://www.uhu.es/cine.educacion/cineyeducacion/emigracion.htm

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